Title: 

El largo camino hacia la igualdad de género

Justicia de género Ⓒ CCPI

En la última contribución a la serie Cuando rimen las esperanza y la historia de nuestro blog, en donde hemos invitado a numerosas personalidades a contribuir con un artículo como parte de los festejos por nuestro 20º aniversario, Brigid Inder, directora ejecutiva de la Women’s Initiatives for Gender Justice, reflexiona sobre la lucha para levar ante la justicia los crímenes sexuales y crímenes de género a través del sistema de justicia internacional de la Corte Penal Internacional (CPI).

 

En 1995, en respuesta a los horrores de los conflictos de Ruanda y la antigua Yugoslavia, la comunidad internacional se vio obligada a negociar un tratado y establecer un tribunal permanente que fuera potencialmente capaz de enjuiciar crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio cometidos por particulares en cualquier parte del mundo. Aprovechando la oportunidad, el Grupo de Mujeres a favor de la Justicia de Género y otros defensores de la igualdad de género participaron en las negociaciones para redactar el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) y asegurar que los principios de la justicia de género fueran incluidos en este tratado. El trabajo de este Grupo y otros actores fortalecieron los avances de la política global en favor de los derechos de las mujeres durante los años 90 y las primeras sentencias de los primeros tribunales ad hoc. El resultado de estos esfuerzos fue un Estatuto que incluyó la articulación de los crímenes sexuales y de género reconocidos bajo el derecho internacional y penal más completa hasta el momento.

 

El Estatuto de Roma de la CPI fue revolucionario en muchos aspectos, incluyendo la codificación de la violación y otras formas de violencia sexual dentro de los crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio. El Estatuto también asegura el derecho de las víctimas para participar en los procedimientos legales de la CPI, plasmando prometedores puntos de partida para que las mujeres víctimas pudieran participar en los procesos judiciales.

También se incorporaron requisitos institucionales de género y de representación geográfica en la elección de funcionarios y del personal de la CPI, asegurando así el talento y la profesionalidad de los nacionales, tanto hombres como mujeres, de los Estados miembros de todas las regiones y contribuyendo con el éxito de la Corte.

Desde 2004, una de las prioridades de la Women’s Initiative’s for Gender Justice ha sido la de supervisar y defender la implementación de los requisitos de género y representación geográfica en la designación del personal y la elección de los propios Magistrados y del Fiscal. Estos esfuerzos, sumados al trabajo realizado en la Corte y a la sensibilidad de los Estados Partes con las cuestiones de género y representación geográfica han ayudado a asegurar una representación más sólida de las mujeres en cargos de mayor responsabilidad y que más mujeres fueran elegidas como Magistradas en comparación con los tribunales ad hoc.

Muchos defensores continúan afirmando su posición y contribuyendo con la conformación de la justicia de género internacional y con el diseño de un nuevo sistema de justicia global que trate efectivamente los crímenes sexuales y de género y otras formas de brutalidad en situaciones de conflicto.

Otros líderes en materia de justicia comenzaron a valorar esta cuestión.

Antes de asumir el puesto de Fiscal en junio de 2012, la Fiscal de la CPI Fatou Bensouda priorizó el desarrollo de una política sobre crímenes sexuales y de género para mejorar los registros de la Corte relativos a las investigaciones y a los enjuiciamientos de estos crímenes y aumentar los esfuerzos de la Fiscalía para cumplir con el Estatuto de Roma.

Históricamente, los progresos de la jurisprudencia en materia de justicia de género en los tribunales ad hoc se refirieron a unos cuantos individuos dentro del sistema de justicia que estaban en el lugar adecuado en el momento oportuno, dejando como resultado una jurisprudencia errática e impredecible.

Extrayendo las lecciones aprendidas y reconociendo que la rendición de cuentas por actos de violencia sexual sigue siendo excepcional y evasiva si la comparamos con lo habitual de estas prácticas, la CPI priorizó un enfoque político, enfatizando la responsabilidad institucional, los métodos organizativos y la competencia colectiva como herramientas necesarias para alcanzar progresos duraderos y significativos en esta materia.

La Fiscalía, trabajando junto al Consejero Especial en materia de Género, diseñó un proceso inclusivo de consultas internas entre su personal para desarrollar esta política. Una vez perfilada, la Fiscalía también pidió la participación de otras partes interesadas externas, como los Estados Partes, académicos, entidades regionales, ONG y practicantes, para que brindaran su punto de vista y sus comentarios para continuar refinando su política. La sociedad civil también ha reflejado sus puntos de vista en los principios globales y las estrategias operativas específicas contenidas en la Política.

Ya se pueden apreciar importantes avances en la CPI, con un incremento de un 13% del número de acusaciones por crímenes sexuales o de género confirmadas en los últimos 12 meses. El año pasado se confirmaron todas las acusaciones de violencia sexual presentadas ante la Fiscalía en 2014.

Estos indicadores son muy bien recibidos y son una clara señal de que estamos avanzando en una buena dirección. Este documento de políticas pretende apoyar la capacidad de la Fiscalía no sólo de asegurar los cargos y el éxito de los enjuiciamientos, sino también de mantener su evolución en el tiempo y a lo largo de los diferentes casos.

Mirando hacia el futuro, esperamos que en la próxima década de la Corte se traten algunas de las siguientes prioridades de la justicia de género: una integración más consistente y en detalle de la perspectiva de género en cada caso; una jurisprudencia de mejor calidad y una evolución en el razonamiento legal estático que rodea la rendición de cuentas de los autores acusados de crímenes sexuales y de género.

Este artículo es parte de nuestra serie de artículos Cuando rimen la esperaza y la historia, que conmemora el 20º aniversario de la Coalición por la CPI. Durante el próximo año, publicaremos artículos de nuestro personal, la sociedad civil y oficiales para reflejar la lucha contra la impunidad, las lecciones aprendidas y los desafíos futuros de la justicia global.

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