La falta de liderazgo internacional de China
El recibimiento de Omar al-Bashir , fugitivo de la Corte Penal Internacional (CPI), en China el mes pasado refleja la falta de liderazgo global del país y su indiferencia hacia las miles de víctimas de los graves crímenes perpetrados en Darfur, Sudán.
China era parte del Consejo de Seguridad de la ONU que pidió al Fiscal de la CPI en 2005 que investigase la posible comisión de crímenes graves en Darfur en cooperación con todos los Estados miembros de la ONU. Por otro lado, se suma el agravante de que China cuenta con la distinción y la responsabilidad de ser uno de los cinco Estados miembros permanentes de la ONU que cuentan con el poder de, entre otras cosas ,ejercer su derecho de veto en el Consejo.
La decisión de China de no ejercer su derecho de veto en la remisión de la situación de Darfur hace diez años fue un gran avance en el mantenimiento de la seguridad y paz internacional. No obstante, no ha sabido cumplir con la misión que comparte con el resto de Estados del Consejo, proporcionar el respaldo necesario a la CPI y a sus decisiones, que en este caso derivaron en la emisión de una serie de órdenes de arresto contra el Presidente sudanés y sus adjuntos quiénes han sido acusados de cometer crímenes graves en Darfur y en el Estado de Kordofán meridional.
“Un viejo amigo” y fugitivo de la CPI
Al-Bashir—requerido por crímenes de guerra, de lesa humanidad y genocidio y que ha dejado cerca de 300.000 muertos y cerca de 2,5 millones de desplazados en Darfur—fue recibido en Beijing como un “viejo amigo” durante la conmemoración del país del fin de la Segunda Guerra Mundial.
A la pregunta de si no era una contradicción invitar a una ceremonia como esa a una persona requerida por un tribunal internacional acusado de crímenes de guerra, el ministro de Asuntos Exteriores chino comentó que la invitación era “razonable y justificada”, señalando que su país no es un Estado Parte al Estatuto de Roma.
Los cómplices
Mientras la mayoría de países rechazaron asistir a la ceremonia del mes pasado, el Presidente de Sudáfrica Jacob Zuma y el Presidente de la República Checa Miloš Zeman aceptaron sentarse la lado de Al-Bashir. Ambos son presidentes de Estados Partes a la CPI.
Entre los asistentes, también fue notable la presencia de Nout Wellink, Secretario de Estado de los Países Bajos, país que alberga a la CPI; y Laurent Fabius, el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, país que redactó la resolución de la ONU por la que se remitió la situación de Darfur a la CPI en 2005.
Días antes de la ceremonia, la Federación Internacional para los Derechos Humanos (FIDH) escribió a las autoridades chinas, Jefes de Estados, y gobiernos y funcionarios de la ONU recordándoles que los Estados Partes al Estatuto de Roma de la CPI tienen laresponsabilidad de “evitar todo contacto con personas objeto de una orden de arresto de la Corte.”
“La presencia de estos líderes en la ceremonia, al lado de Omar Al Bashir, es un insulto para las víctimas de las atrocidades cometidas en Sudán, y en general para toda la justicia internacional”, declaró Karim Lahidji, presidenta de la FIDH. “En lugar de acudir a un acto junto con Al Bashir, deberían exigir su inmediato traslado a la CPI para que afronte los cargos por los serios crímenes de los que se le acusa.”
El Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, estuvo también presente en la ceremonia. Las directrices generales de la ONU estipulan que los funcionarios tiene la obligación de evitar asistir “a cualquier ceremonia o evento similar” en el que también estén presentes personas requeridas por la CPI.
El mundo cada vez más pequeño para el Presidente sudanés
Como fugitivo de la justicia internacional, el mundo de Al-Bashir se ha visto reducidoconsiderablemente en los úiltimos seis años. Ha tenido que cancelar, reprogramar o reubicar numerosos viajes en medio de las protestas públicas y diplomáticas. Los activistas han recurrido a tribunales nacionales para obligar a los países a cumplir con el arresto de Al-Bashir y han protestado en las calles en contra de su presencia.
En junio pasado, Al-Bashir huyó de Sudáfrica tras la denuncia de una ONG al tribunal Supremo de Pretoria que exigía la ejecución de las órdenes de arresto emitidas por la CPI. la semana pasada los Magistrados de la CPI ordenaron a Sudáfrica a explicar las razones de su fracaso en el arresto de Al-Bashir. Se parece a la situación de Kenia y Nigeria
En 2011, la visita de Bashir a China fue interrumpida por la revocación de Tajikistán y Turkmenistán del permiso de sobrevolar su espacio aéreo.
Las atrocidades continúan bajo la vigilancia de Al-Bashir
Según informa la Fiscal de la CPI Fatou Bensouda y la sociedad civil, se siguen cometiendo atrocidades vinculadas a Al-Bashir.
En un informe para el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la investigación sobre Darfur en junio, la fiscal Bensouda afirmó que “civiles inocentes siguen sufriendo las consecuencias de la inseguridad e inestabilidad, especialmente como resultado de lo que parece en principio una campaña para señalarlos […] Las personas presuntamente responsables de estas atrocidades vigentes son las misma personas contra las que ya se han emitido órdenes de arresto.”
Un informe de la semana pasada acusaba a las fuerzas del gobierno sudanés de ataques recientes contra la población civil en Darfur, mientras que el brutal y olvidado conflicto en el estado meridional de Kordofán, en Sudán, ha afectado a cerca de 2 millones de personas desde 2011.
La necesidad de que actúe el Consejo de Seguridad de la ONU
Durante el informe de junio, la Fiscal arremetió contra el Consejo por su inacción,declarando que “llegó el momento de que el Consejo y los Estados unan sus fuerzas con las de la Corte y la sociedad civil para prever estrategias concretas y efectivas para el arresto de los acusados requeridos por la Corte, y de dar a la CPI el completo apoyo que necesita y se le debe, para implementar el Estatuto de Roma como está previsto.”
La sociedad civil ha estado pidiendo, desde hace mucho tiempo, a los Estados Partes de la CPI que presenten propuestas concretas para mejorar la cooperación entre el Consejo, la ONU y la CPI.
No hay excusas para seguir relacionándose con criminales requeridos por la justicia internacional. Es simple: la justicia internacional no puede seguir adelante sin la cooperación de gobiernos poderosos como China.