Ahmad al-Faqi al-Mahdi

Ahmad Al Mahdi realiza su primera comparencia ante la CPI. © ICC-CPI
El islamista rebelde al-Mahdi se declaró culpable ante la CPI de dirigir ataques intencionales contra monumentos históricos y edificios religiosos en Tombuctú, ciudad protegida por la UNESCO, al norte de Malí. Fue sentenciado a 9 años de prisión.
Country
Case status: 
Reparations
Regions: 
África
El 18 de septiembre de 2015, la CPI emitió una orden de arresto clasificada contra el sospechoso islamista rebelde Ahmad al-Faqi al-Mahdi. El 26 de septiembre de 2015, el gobierno de Níger arrestó y entregó a al-Mahdi a la CPI. Se lo acusó de dirigir ataques intencionales en contra de monumentos históricos o edificios dedicados a la religión en Tombuctú, al norte de Malí. Al-Mahdi se declaró culpable de los cargos y el 27 de septiembre de 2016 fue condenado y sentenciado a nueve años de prisión. Este fue el primer caso de este tipo ante la CPI.
Background: 

Destrucción de Tombuctú provoca indignación

La ciudad de Tombuctú, Malí, es considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se proclama como el centro de la cultura y del aprendizaje islámicos de los siglos 13 y 17. La destrucción de la herencia cultural de la ciudad tras la invasión del norte de Malí por parte de los rebeldes islamistas en 2012 provocó indignación a nivel internacional. Dirigir ataques intencionales en contra de monumentos históricos o edificios dedicados a la religión es un crimen de guerra de acuerdo al Estatuto de Roma de la CPI.

Los crímenes de guerra culturales se pueden encontrar en el cuerpo de ley que regula las conductas durante los conflictos armados: el Convenio de La Haya de 1954 para la protección de propiedad cultural y sus dos protocolos; y los protocolos de 1977 del Convenio de Ginebra.

El islamista Al-Mahdi arrestado en Níger por una orden de arresto de la CPI

El 18 de septiembre de 2015, la CPI emitió una orden de arresto clasificada contra el sospechoso islamista rebelde Ahmad al-Faqi al-Mahdi. El 26 de septiembre de 2015, fue arrestado y transferido a la CPI por el gobierno de Níger. La Fiscal de la CPI acusó a Al-Faqi de trabajar íntimamente con los grupos terroristas Ansar Dine y al-Qaeda en el Maghreb islámico (AQMI) después de que tomaran el control de Tombuctú en 2012 e impusieran la ley islámica (Sharia) de forma estricta a la ciudad y a su población. Al-Faqi habría encabezado la "brigada de la moral" e impuesto el tribunal islámico en Tombuctú.

Además de ser el primer caso de ese tipo en llegar a la CPI, es también el primero que surge de la investigación de la CPI en Malí y la primera vez que un sospechoso extremista islámico comparece ante la CPI.

Charges: 

El primer caso de crímenes de guerra "culturales" de la CPI

Al-Mahdi fue acusado del crimen de guerra de cometer, facilitar o de alguna forma contribuir – por sí mismo o junto con otros – con los ataques a nueve mausoleos y una mezquita que Ansar Dine declaró herética bajo la ley Sharia. Todos estos monumentos están protegidos como Patrimonios de la Humanidad.

Fase de instrucción

En la primera comparencia de al-Mahdi ante la CPI, el Juez Tarfusser tomó medidas para acelerar los procedimientos. Estas medidas fueron desarrolladas como prácticas modelo para los procedimientos de instrucción. Estas están ahora consolidadas en el Manual de Practica de la Cámara y contribuyen con la efectividad y eficiencia general de los procedimientos de la Corte.

Intención de declararse culpable

Al-Mahdi expresó su intención de declararse culpable antes del comienzo de su juicio ante la CPI el 22 de agosto de 2016, la primera declaración de este tipo ante la CPI. Se declaró formalmente culpable en la apertura de su juicio, la fiscalía y la defensa acordaron no apelar ninguna sentencia entre nueve y once años.

Sentencing: 

El 27 de septiembre de 2016, la Sala de Primera Instancia VIII declaró a al-Mahdi culpable de participar como co-perpetrador directo en el crimen de guerra de dirigir intencionalmente ataques contra edificios históricos y religiosos. La Corte tomó en cuenta cinco factores atenuantes, entre ellos, su declaración de culpabilidad, la demostración de su remordimiento, su resistencia inicial a cometer el crimen, el buen comportamiento durante su detención y su cooperación con la fiscalía. Fue sentenciado a nueve años de prisión, el tiempo que permaneció en prisión fue descontado de su pena.

Challenges: 

La sociedad civil pide más justicia en Malí

La sociedad civil recibió a bien el juicio y el veredicto de al-Mahdi que deja en claro cómo los ataques a monumentos religiosos e históricos pueden destruir la cultura y la identidad de una población y constituyen crímenes bajo el derecho internacional.

Los miembros de la sociedad civil han reiterado que cientos de civiles fueron asesinados, torturados y violados en 2012 durante el conflicto en Malí, y han pedido a la CPI que siga investigando un rango más amplio de crímenes cometidos por todas las partes del conflicto.

La mesa redonda Arguendo pone de manifiesto la destrucción cultural

El proyecto de la Corte Pena Internacional de la American Bar Association y el Programa de la Stanford Law School en Derecho Internacional y Comparado organizaron una mesa redonda online llamada Arguendo, que reunió a un eminente panel de expertos de la UNESCO, el Asia Society Policy Institute, la CPI, la Georgetown University y el Príncipe de Jordania El Hassan bin Talal para discutir el significado de los cargos por el crimen de guerra de atacar la propiedad cultural en Malí.

Victims: 

Ocho organizaciones de víctimas participaron en el juicio a través de un representante legal común. Este caso ha destacado la competencia de la Corte para tratar los diferentes tipo de daño, en este caso, la identidad cultural. El caso comenzó con la etapa de reparaciones de las víctimas luego de la sentencia.